Por la mañana, a las 10 comenzábamos con el calentamiento. Se notó la diferencia de temperatura entre Madrid y Santa Cruz de Tenerife, que hacía que los músculos estuvieran listos al poco de empezar a movernos. El seminario se inició con trabajo de base, recordando los conceptos de línea recta, triángulo y círculo así como otros aspectos fundamentales como el posicionamiento del cuerpo, los desplazamientos, la bajada del centro de gravedad, etc. y aplicando estos conceptos a llaves básicas de cinturón blanco con agarres a muñeca en el sitio, empujando y tirando del contrario. Trabajo de base que se mostró con agarres dobles y que entrenamos con ataques iniciados (sun sul) enriqueciéndolas con diversos golpeos. Cuando las articulaciones estaban ya un poco resentidas se continuó con pateo y golpes de mano.
A las 13 horas parábamos para descansar y después de la merecida comida, a las 15 horas se comenzaban a utilizar las dos salas de la Escucuela de hapkido Shin. En una sala se continuaba con el trabajo del seminario a modo de repaso y en la otra comenzaba el examen. Doce personas se examinaban de diferentes grados Dan. Técnicas de respiración, caídas, patadas, puñetazos, agarres corporales, defensa contra puño, contra patada, contra cuchillo, ataques iniciados, danbong, rompimientos, etc. Un examen en el que hubo sangre, sudor y lágrimas. Lágrimas de alegría de los que superaron el examen. Entre ellos Quenán, Julio Darío y Alberto que obtuvieron su merecido cinturón negro primer Dan. Tras el examen, la celebración... pero esa es otra historia.